Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

9.22.2010

Otoño


Despierto. El perro del infierno está rascando la puerta, seguramente quiere ir al baño. Me toca sacarlo a pasear porque me he quedado sola: la professoressa se ha ido a Texas por una semana a visitar a su familia. Salimos a la calle, el perro del infierno y yo, y veo a lo lejos un zorrillo. Me lamento no tener cámara, bueno, quién pensaría sacar la cámara cuando se pasea a un perro del infierno.
Regreso. Me baño, visto, desayuno. Le digo al perro que desayune y lo hace. Afortunadamente ya se ha dado cuenta que yo no le doy de comer cuando estoy a la mesa (es que está maleducado y eso le hace su dueña, pero yo no). Salgo, casi llego a la avenida y... el autobús se ha pasado de largo. El próximo pasa en media hora, aproximadamente; claro que ya no intento llegar a mi clase, mas, como sí tenía más que hacer en el día, emprendo el camino a pie hacia el banco.
En el banco compro otro 10-Rides Bus Pass. Voy al correo, donde compro más estampillas. Entro a la tienda a comprar mis provisiones de la semana: ¡Pescado!, morrón, leche, espinaca, calabaza. Me decido comprar esas cosas por precio y porque quiero comer algo diferente; además la tilapia está a $3.00 US la libra, considerando otros precios, no es una mentada de madre. El pescado aquí lo envuelven en papel, ¿no es adorable?



Voy a la tienda de a dólar, porque hay cosas que si se pueden comprar baratas, ¿por qué no hacerlo?
Termino mis compras y camino por la avenida hasta llegar a casa.
Hago un poco de mi labor existencial -la cosa esa tesis- y luego cocino lo que había pensado cocinar desde días atrás. ¡Tacos!

Carne en vinagre, morrón, papa, cebolla, ajo y piña.
Queda rica mi parrillada y devoro.




Saco a pasear al perro del infierno de nuevo, creo que tiene la panza suelta, fuchi. Llegamos a casa y nos quedamos en el patio trasero, para que se le oree.
Miro el atardecer, pues recuerdo que el otoño entra hoy. ¡Bienvenido!



Sigo con mi labor existencial hasta la hora de la tv. Vicky, Christina, Barcelona de nuevo y esta vez me divierto más.
Y de nuevo, estoy aquí.

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