Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

9.28.2010

Día


Me despierto, en realidad, sino fuera por el can del mal, no tendría por qué levantarme, pero lo hago. Reviso, todo en orden y salimos a pasear. Hoy llega la professoressa de Texas, su vuelo se retrasó o tuvo un contratiempo. Me alegro de haber limpiado la casa ayer; sólo tengo que hacer mis cosas hoy.
Desayuno y pienso en la labor existencial; decido primero bañarme. Limpia, empiezo la labor existencial, pienso, pienso, algo hago.
La hora del hambre llega. Como tengo pocos ingredientes, hago algo sencillo:
Sopa de avena con calabaza butternut.



Tortilla española.



Continúo mi labor existencial, mas me distraigo un poco más, maravillada con la –ahora sí–pesada lluvia, constante. Me gusta porque, en vez de enfriar el ambiente, lo calienta. Gozo la tibia brisa de esta lluvia otoñal.
La oscuridad me envuelve; la noche llega.
Quiero comer algo dulce, hago calabaza dulce, la última que quedaba de la pequeña tanda.


Ahora, después de limpiar la cocina, espero a la professoressa y, mientras tanto, aquí estoy.

Actualización: Llega la professoressa.

9.26.2010

Fin de semana caliente


Me despierto tarde tanto sábado, como domingo, todo por charlar a altísimas horas de la madrugada, escuchar radio y más; sin embargo no me quejo. Entre sacar al perro del infierno a pasear, hacer la labor existencial y cocinar, se va el fin de semana y ahora es domingo por la noche, donde puedo contar que lo que más me gusta de estar sola es cocinar.
Me levanto, a pesar de que no quiero, pero el perro del infierno debe salir a hacer. Vamos a pasear por el vecindario, vecinos ocultos o vecinos salientes. El perro es feliz de oler la calle. Yo, de menos, estiro mis piernas. Regresamos a la casa, me preparo a desayunar, pero antes subo mis cosas para la labor existencial.
Desayuno y después: Lectura y notas.
Para ese momento, ya sé lo que habré de comer.
Pasan horas y horas, hasta que la tripa cruje. Me quito de mi sitio y empiezo a cocinar, no del todo, porque prefiero antes llevar al perro del infierno a caminar.
De nuevo y de regreso, el perro es libre de la correa y yo, de cocinar.
Un día, sopa de pescado.


Y en la noche, mi imaginado "pan de comal", hecho de harina de maíz, un poco de harina de trigo, azúcar, mantequilla, canela, huevo y agua.



Otro día, gorditas de guisado del jueves.



Aunque confieso que su forma no es óptima, pero lo intenté. Miren que manejar la maseca no es más fácil; es mejor hacerlas con masa de tortillería normal.
Es un fin de semana caliente porque, como he estado sola, yo he tenido el control de las ventanas y las he abierto y cerrado a placer, según mi temperatura lo ha requerido.
Y ahora estoy aquí, escuchando radio alemana, tras haber escuchado todo el día mi radio gabacha de confianza.

9.25.2010

Misiones


Despierto. El perro del infierno estuvo molestando toda la madrugada y ahora molesta también. No le hago caso, quiero seguir durmiendo un poco más. Me levanto finalmente. Llevo al perro a caminar; me baño con dificultad; me visto; desayuno; parto.



Esta vez el autobús tarda más, llega a mi parada a las 12:23, cuando debía estar máximo a las 12:15. Llego a la parada; subo la loma; llego a la Uni.


Tengo examen de alemán hoy, nada grave. Lo termino y voy al Davis Center a buscar algo; lo encuentro parcialmente. Bajo la loma hacia el centro. Esta vez camino por College St. Las hojas ya tienden al amarillo otoño, me emociono.



Llego a Church St. La camino. Tengo hambre, tengo cólico, pero debo continuar con la misión. Después de una vuelta recuerdo el lugar: Cumplo la misión.
Tomo el autobús de regreso. Mucha hambre, mucho cansancio.
En cuanto llego a casa, comienzo a preparar la comida del día de hoy. Calabaza butter blá y souflé de espinaca. Termino de cocinar y saco al perro.



De regreso, me siento a comer. Mi tía llama. Esta vez alcanzo a contestar. Me platica de la carne de UK, no desangrada, de la tilapia fea que venden, de los precios en libras. Acá todo parece estar un poco más barato.
Termino de comer, es tiempo ya de la tv. Estoy exhausta y todo por esa vieja tradición del cólico.
Después de mi santa hora de tv, sigo con otra misión, la cual fue totalmente completada y ahora, tras mucha charla, aquí estoy.

9.23.2010

La importancia


Me despierto, en verdad no quiero levantarme, mas he de hacerlo, sino el perro infernal no podrá hacer sus necesidades en el pastito libre y me tocará de nuevo limpiar la alfombra. Lo llevo a caminar. El otoño está aquí y me gusta; me hace querer dormir más.
Este día es todo para mí. Regreso y emprendo mi labor existencial, parcialmente; desayuno y luego barro un poco. Subo las cosas, a donde hay luz natural, me siento y comienzo.
Leo-escribo, leo-escribo.
La hora de cocinar y comer. ¡Pescado! Finalmente comeré pescado en esta tierra de muchas leyes, pescado verdadero, porque lo que había comido como pescado eran unas sequísimas hamburguesas de salmón, tan secas que se atoraban en el cogote.



No, ahora cocinaré y comeré pescado. Planeo el menú: Sopa de avena y pescado enavenizado con espinacas y zanahorias. ¿Suena bien?


Cocino felizmente. Como felizmente. La importancia de que tu comida se vea bien.
El perro del infierno me molesta poco, en realidad no tanto, porque no le hago caso. Termino. Lo saco a pasear. Regresamos. Sigo con mi labor existencial hasta la hora de la tv (vi The big bang theory) y ahora estoy aquí.

9.22.2010

Otoño


Despierto. El perro del infierno está rascando la puerta, seguramente quiere ir al baño. Me toca sacarlo a pasear porque me he quedado sola: la professoressa se ha ido a Texas por una semana a visitar a su familia. Salimos a la calle, el perro del infierno y yo, y veo a lo lejos un zorrillo. Me lamento no tener cámara, bueno, quién pensaría sacar la cámara cuando se pasea a un perro del infierno.
Regreso. Me baño, visto, desayuno. Le digo al perro que desayune y lo hace. Afortunadamente ya se ha dado cuenta que yo no le doy de comer cuando estoy a la mesa (es que está maleducado y eso le hace su dueña, pero yo no). Salgo, casi llego a la avenida y... el autobús se ha pasado de largo. El próximo pasa en media hora, aproximadamente; claro que ya no intento llegar a mi clase, mas, como sí tenía más que hacer en el día, emprendo el camino a pie hacia el banco.
En el banco compro otro 10-Rides Bus Pass. Voy al correo, donde compro más estampillas. Entro a la tienda a comprar mis provisiones de la semana: ¡Pescado!, morrón, leche, espinaca, calabaza. Me decido comprar esas cosas por precio y porque quiero comer algo diferente; además la tilapia está a $3.00 US la libra, considerando otros precios, no es una mentada de madre. El pescado aquí lo envuelven en papel, ¿no es adorable?



Voy a la tienda de a dólar, porque hay cosas que si se pueden comprar baratas, ¿por qué no hacerlo?
Termino mis compras y camino por la avenida hasta llegar a casa.
Hago un poco de mi labor existencial -la cosa esa tesis- y luego cocino lo que había pensado cocinar desde días atrás. ¡Tacos!

Carne en vinagre, morrón, papa, cebolla, ajo y piña.
Queda rica mi parrillada y devoro.




Saco a pasear al perro del infierno de nuevo, creo que tiene la panza suelta, fuchi. Llegamos a casa y nos quedamos en el patio trasero, para que se le oree.
Miro el atardecer, pues recuerdo que el otoño entra hoy. ¡Bienvenido!



Sigo con mi labor existencial hasta la hora de la tv. Vicky, Christina, Barcelona de nuevo y esta vez me divierto más.
Y de nuevo, estoy aquí.

9.21.2010

A dos días del Otoño


Despierto. Hoy es día de despertar algo tarde. Me levanto. La professoressa no tiene ganas de ir hoy a la Uni. Desayuno y voy planeando mi día; sin embargo la professoressa se apura y me lleva a la Uni, dice que hará unos mandados y que luego nos podremos ver a las 2 pm allá. Le digo que está bien.


Llego a la Uni, corro hacia el Davis Center para imprimir. Llego algo tarde con la Lehrerin, mas poco importa, hablan del examen próximo, de lo que contendrá. Me pregunto por qué los alumnos están tan preocupados por el examen ¡desde hace unas semana!



Salgo. Aún no son las dos. Camino un poco y tomo fotos; las nubes hoy lucen bonitas. El cielo aunque soleado, no me da mucho calor; ya hay viento frío de Otoño. Llega la professoressa y vamos a casa. Hago arroz, ella el guisado, comemos. Hago notas, un tanto congelada, me distraigo, salgo a tomar el sol.



En una de mis distracciones, vía Turutututú (mi Ipod) leo un mail de mi padre. Que resulta que este mexicano puente chocó contra un puente, que está bien, pero se quedará sin auto unos días. Me enojo. Pienso que en toda mi infancia de carretera con él, jamás nos pasó nada grave y ahora se dedica a tener autos nuevos y chocarnos, no en la ciudad, sino en la vertiginosa carretera.
Sigo con las notas. La hora de la tv. Veo House ¿Lo spoileo? ¡Ne!
Le marco a mi madre, platicamos de mi padre.
Veo la teleserie y después aquí estoy.

9.17.2010

Las Fiestas Patrias.


El Twitter es el diablo, es el amigo, es el compadre, el que te hace reír, con quien compartes corajes. Sí. Eso pasa los días patrios en los que tus amigos de carne y hueso no entran al juego del internet y te dejan sola y triste y sin cena.
Poco importa ya eso. Gracias al Twitter me enteré de muchas cosas sin tener la necesidad de chutarme a los respetables.

16.09.2010

El día está nublado; hace frío. Me propongo hacer tinga, como he visto que la hace mi madre. Saco muslos de pollo del congelador y los dejo afuera para cuando llegue. Voy a clase. Me quedo hora y media platicando con un compañero de la clase. Le digo tímidamente que...Él ve duda y pone cara amable, de disposición. Finalmente le digo que si quiere platicar conmigo en español y yo con él en inglés e inmediatamente dice sí y cuándo. Dice que tiene tiempo en ese momento.
Vamos por un café a la cafetería del Waterman. Salimos, nos sentamos en las escaleras y platicamos de cualquier cosa. Arma su cigarro con papel arroz y tabaco, fuma. Es un chico agradable de Massachusetts que estudia Sociología y que es amigable con las personas por convicción.
Terminamos de charlar. Me veo con la professoressa y vamos a la tienda en busca de sus ingredientes y mis ingredientes. Compro latas de salsa de chipotle; también veo La Lechera y varios productos Latinos!
En casa, hago la tinga. Todo el proceso. No tarda mucho y la devoramos en tostadas.
Sólo quedó un triste tóper.
Espero a mi Gato, tristemente, no lo veo llegar. Veo Mulholland Drive. Ahora sí le entiendo.




17.09.2010

El día está más nublado. Durante la noche me enfrié. Tomo mis precauciones y me cubro bien. Salgo a clase con la professoressa. Todo clase de alemán. La Lehrerin me ofrece el segundo capítulo sin que yo se lo pida; me emociono. Le digo que ya conseguí un libro, pero el otro no. La Lehrerin me dice que me dará el segundo capítulo vía mail.
Salgo contenta. Me siento en las afueras del Waterman, en una banca de nicotina, a esperar a la professoressa. Llega.


Tiene pensado ir a la tienda. La acompaño. Casi sin querer entro a la tienda de ropa y allí encuentro Rubberboots a buen precio: $16.99 US... Finalmente no me mojaré los pies en el pueblo.




9.15.2010

Refrescó


Fotocopias tomar. La professoressa de nuevo se adelanta y tomo el autobús. La conductora es muy amable, te dice "Hello" y "Thank you". En el camino platica con una pasajera, sobre el trabajo y cosas de sus vidas. Llego al centro. He de sacar fotocopias del libro de la clase de mañana. Voy al centro de copiado; muchas fotocopias por hacer, no me quejo, aún así, saldrá más barato.



Salgo y empiezo a subir la loma; miro el reloj: aún hay tiempo de caminarle por el centro. Bajo hacia Church St. Los mismos restaurantes, la misma gente, mas todo gris. Hoy ha refrescado. No tengo frío empero. Doy vueltas, saco fotos, veo con curiosidad un centro de artes visuales, entro.
Son obras de un vermontino, que hasta de Burlington es. Cosas de diseño, multimedia y lo divertido. Recuerdo con eso a... mis otros años.
Esta exposición es más divertida, tiene pantallas táctiles y cosas que hacer con el mouse y lo que está enfrente. Trata de personas en el mundo, de lo que son, lo que quieren, sus emociones, sus sentimientos. Me gusta. Prometo volver.
Veo mi reloj, es hora de mi clase de alemán.



Subo la loma, la subo, la subo. Entro al Waterman; tomo mi clase; salgo; regreso a casa con la professoressa. Comemos.
Toda la tarde la paso con frío, porque mientras comíamos, las ventanas estaban abiertas. Mis manos se enfriaron, también mi nariz y leer no pude, por estar preocupada en restregarme contra algo para agarrar calor.
Mi momento de tv. Vino la noche. Ceno. Después de cenar veo en oncetv el concierto de Alondra de la Parra y horror, que veo que una tal Lo Blondo destruyendo "Estrellita" de Manuel M. Ponce. Mencabrono y apago el tv. ¿Güerecitos tan de a tiro en la fiesta del país México?
Estoy aquí, un poco más calmada y leyendo en twitter cómo es que los festejos del Bisontenario en el Zócano nomás no cazan.



9.14.2010

A Month


Un mes aquí y he visto pocos resultados. La ropa aún me viene, el cabello todavía se ve del mismo largo, la comida me sigue sabiendo igual, los olores casi imperceptibles.
Despierto algo temprano, debo levantarme para que la professoressa no llegue tarde a su oficina. Esta vez sí lo logro, hasta me lavo los dientes sin tanta premura; sin embargo la professoressa siempre se empeña en quitarme cinco minutos de mi vida. Sí, porque yo sé contar muy bien mi tiempo, veo la carátula del reloj, mido cuánto falta para los tantos minutos y decido mi velocidad.
Mas parece que la professoressa siempre quiere quitarme la juventud.


Llegamos a la Uni y todo fresco. Voy a la biblioteca con la falsa esperanza de encontrar mi libro sobre el kitsch, no. Es mi eterna maldición, la que llevo a cuestas, no la de los varones muertos en mi familia, sino la de que los libros que no solamente quiero, sino que necesito, no están.
Resignada, voy a uno de esos sillones que tan cómodos se ven y me siento a leer las fotocopias que traigo. Entre distraída y atenta a mi lectura, da la hora de mi clase. Me apresuro hacia el Waterman. Tomo mi clase con poco ánimo.


Cuando termina, salgo y me siento en una banca de Green, mas hace mucho fresco y me vence; debo regresar a la biblioteca. Leo más en otro cómodo sillón. Esta parte de la biblioteca me gusta porque es en extremo silenciosa. Termina mi hora de lectura y salgo, para encontrar a la professoressa e irnos del lugar.
En casa, como, leo, me conecto para hablar con mi Gato, tv (veo The Reader, ¡cómo me gusta la pasión contenida!), ceno con hambre y estoy de nuevo aquí. Antes de haber estado de nuevo aquí, leo un correo que me deja un poco de amargor. Yo quería poner algo nice en mi curriculum y ahora no habrá posibilidad. Finjo que todo está bien, respondo el mail y sigo mi cibercamino.
Antes de llegar aquí, aquí, escribo mi otro blog:

http://merahueva.blogspot.com

9.13.2010

La jefa del Depto.

Tras haber ido al cubículo más principal del Departamento de Lenguas Romances un par de veces, la secretaria me da un papelillo con el mail de la Directora del Departamento.
Muchos dichos y hechos hay acerca de ella; yo en realidad no tenía pensado ir a verla, pero, por recomendación tiezca, me aparezco.
Llevo en mi mochila uno de los collares que mi madre insistió en que me llevara para hacer presentes de paz por estas tierras.
Me visto con trapos raros, mas no de esos trapos que dicen lo que realmente pienso.
Entro a la oficina, la secretaria me invita a sentarme. Sale.
La jefa del Departamento es una mujer quizá dos centímetros más alta que yo, con cabello muy recortado castaño y bastante desarreglado (no peinado, pues); lleva pantalones como de pinzas y alguna blusa-camisa. Sus ojos son saltones y azules.
Me presento, digo cómo las cosas han salido, cómo he visto la ciudad y la gente. Me dice que sabe que tomo alemán con Schreckenberger –cuyo apellido es sumamente curioso: Schreck-miedo, Berg-montaña– y que si puede ayudar alguna (lejana, por supuesto) vez. Me pregunta hasta cuándo estaré acá, se asombra de la fecha que le digo.
Le doy el collar famoso, tomo mi mochila y me retiro.
Pienso en mis posibilidades, en si tal vez necesite ayuda de algún tipo pueda ir con Schreckenberger, en que tengo que conocer a los otros profesores, en ir a la biblioteca a buscar los libros del kitsch.
Camino bajo el nublado cielo; entro a la biblioteca; subo las escaleras. Recuerdo que uno de los libros es NX, voy hacia él: ¡Está! Lo tomo y me siento a leer y a tratar de sacar algo de él.
Mi clase pronto empezará. Salgo de la biblioteca y entro con Screkenberger. Es buena maestra (algo lenta); es paciente y hace un ejercicio conmigo. Me explica lo que no entiendo en inglés y en alemán. Me gusta esta clase porque es de tres idiomas en mi cabeza.
Salgo. Acompaño a la professoressa a la tienda, luego vamos a la casa. Comemos. Leo un rato, me conecto para charlar con mi Gato. Leo más rato. Tv. Cena.
Estoy aquí de nuevo.




9.10.2010

Voca me cum...


Despierto contenta, sé que este día será diferente. Me baño, visto, desayuno y salgo con la profesoressa; primero quiere ir a Macy's a la barata, la acompaño nomás para ver cosas lindas de cocina. Macy's es una tienda muy doñil, en donde poca ropa encuentro de mi gusto. Subo a ver las cosas lindas de cocina, tal vez haya una cafetera francesa más o menos a precio para mí: no la hay. Mientras miro cosas brillantes y coloridas, tres vendedores me ofrecen su ayuda; les digo que no gracias, que sólo estoy viendo. Una de ellas me dice que le gusta mi combo de camisa-suéter, que se ve muy bien. Le doy las gracias. (Segundo cumplido por mi aspecto en esta ciudad)


Vamos a la Uni. Tomo clase de alemán. Salgo algo nerviosa por lo que tengo por hacer: Dar la vuelta por el centro yo solita. Pero primero debo buscar el centro de fotocopiado para fotocopias sacar. Voy feliz, pues hay sol; voy arrepentida, pues la cámara olvidé. (ups)
Main St. colina abajo. Fraternidades, casas, negocios, semáforos; el centro de fotocopiado no aparece. Veo un edificio donde dice "FedEx Office", le pregunto a alguien dónde puedo sacar fotocopias, allí mismo.
Me hago bolas con la máquina, con la tarjeta, con el crédito, pero finalmente las fotocopias tengo.
Libre al fin, camino por Main St. nuevamente hasta Church St. y la recorro una, dos, tres, cuatro veces. Quiero ver bien qué negocios hay, qué comidas, qué vendimias. Desde Body Shop, tiendas de ropa, restaurantes italianos, japoneses, pizza, hamburguesa, hasta helado. ¡Helado! Finalmente me compro un helado de a $3.50, sí es caro pero tiene dos grandes y derretibles bolas. Ahora sé porqué en las pelis gringas al chamaco siempre se le cae una bola de helado. Grandes y no tan congeladas como las de la Michoacana. Sufro por eso; tengo que comerlo a mayor velocidad o llenarme la mano de líquido dulce: como a mayor velocidad y me lleno la mano de helado, mas lo logro. Seguramente a los greengrows adultos no es pasa eso ¿por qué? se preguntará mi reducido auditorio-lector, porque estos gabachos comen rápido, devoran. No veo que degusten su comida.
Camino más y más, encuentro un sitio donde venden discos de vinilo y ropa "vintage", no entro, pero veo en la puerta que LCD Soundsystem tocará muy pronto en esta ciudad... Camino más y finalmente me decido a entrar a Borders, librería tipo Gandhi. Mi gato fuera contento allí, pues hay café, libros, chucherías, libros. Busco su Tolkien Tolkien, pero no está, mejor encuentro Tolstoi; no, no voy a comprar a Tolstoi en inglés. Recuerdo que planee comprar algún libro en inglés para leer. Tomo H. P. Lovecraft, At the mountains of madness y Lewis Carrol, Alice's Advertures in Wonderland & Through the Looking-Glass. Subo a ver los discos de música, ¿cómo es que acá también son nacos? En sección de música clásica y ópera, Il divo, Andrea Bocelli. ¡Arsch! Hago lo de siempre; volteo los discos o los escondo tras productos más decorosos, como por ejemplo el disco de Cecilia Bartolli. Bajo, no hubo lo que podría haber querido comprar.
Pago. El chico cajero-vendedor me ofrece una tarjeta de descuento, no tengo que pagar por ella y sólo tengo que dar mi e-mail. Se lo deletreo y, como cuando deletreo también lo hago con lenguaje de señas, es más fácil, sobretodo si estás deletreando en otro idioma, el chico me entiende, a pesar de mis confusiones idiomáticas. Me pregunta si soy sorda, que por qué lo deletreo con señas, me dice que sus padres son sordos y él sabe hablar con señas. (Lindo el chico) Le digo que deletreo así porque es más fácil para mí hacerlo así.
Salgo contenta.
Voy ahora hacia la laguna, ahora sé que se llama Lake Champlain, voy colina abajo, hasta el acuario, para el cual ya no tengo dinero, voy colina arriba, hacia la North Ave, para tomar mi autobús.
La laguna hoy es hermosa, no hay evaporación alguna que provoque bochorno y el sol se refleja, dándole tintes dorados. Me arrepiento ahora más de haber olvidado mi cámara. Hay unas flores sembradas; una placa dice que son flores de América, entre ellas hay Cempasúchil; lo saludo. Me acerco al agua con la intención de olerla, nada. Después, al esperar el autobús, tomo una hoja caída, aún verde y la acerco a mi nariz: nada. Oh, no hay muchos olores aquí.
El autobús me recoge; llego a casa; camino al perro; hago un guisado con carnita y papas muy sabroso; veo tele; estoy aquí.
Este día es feliz.

9.08.2010

Dile al viento...


Lectura, Uni, comida, lectura, tv, lectura, red.
Ojos, brazos, estómago, ojos, nalgas, ojos, noljos.

Viento, chinos, rizos, curly hair, wind.

Mis dientes bien, mis articulaciones bien, mi roñosidad más o menos.

Despierto y la Lehrerin se ha ido. Veo su nota. Me baño y visto. Tomo el autobús, está frío, aire acondicionado del diablo. Mi clase de deutsch resulta también de inglés.
Sé que debo presentarme con la jefa del departamento, mas no está; volveré después.
Regreso con la profesoressa; ha comprado una banca de piedra para el jardín, le ayudo a cargarla y montarla.
La comida, la lectura (ya quiero acabar con Moles), la tv. Esta vez salgo con la profesoressa a pasear al perro infernal. La cena. Más lectura (porque mañana hay clase con la profesoressa) y ahora estoy aquí, de nuevo, escribiendo mi día (hoy sí), porque hoy encuentro mi cabello más chino que de costumbre y porque esta tanda de postales mañana terminará el cartero de llevárselas. Espero que sí lleguen a su destino.



Las nubes de este temporal asustan un poco y no. Es raro tener un clima estable.


9.06.2010

Y que anochece


Pronto, muy pronto se hace el silencio y la oscuridad. El tiempo pasa lento, rápido cuando uno lee con atención.
Es silencio es lo de hoy. Las palabras en papel, los diálogos inexistentes, las preguntas anotadas a lápiz, los pendientes por no hacer.
Salgo al patio, justo antes de que el sol –¿dónde está hoy?– se ponga. Tomo fotos. Sorprendentemente, no hace tanto frío como lo indicaran las densas nubes sobre la zona.
Ah sí, el clima es estable acá. Si dicen 19ºC, serán por más de ocho horas.


Veo este tronco e irremediablemente recuerdo los árboles de Bob Ross.

9.05.2010

Tormentitas


Silva el viento afuera, baja la temperatura, me cubro un poco. Platico con la familia, lo bueno, lo malo, los berrinches; cómo puedo ser parecida a ellos; cómo las cosas se ven mejor de lejos. Eso lo sabía ya, por eso me alejé tanto.
Parece que de lejos la gente se quiere más.



Limpieza: barrer, trapear, baño lavar, mi cuerpo lavar.
Comer: souflé de ayer.
Leer.
Cenar.
Ver película regular.
Estar aquí.
Cubrí mi cuerpo un poco, con el suetercito que aquí compré, es lindo, ligero y negro y le da calor a mi cuerpo.


No, mi día no fue mucho, pero quise poner estas fotos. El cielo se veía bien y mi suéter también.
Espero que en unas horas, sea más.

9.03.2010

¡Moles!


Tenemos un serio problema aquí de concentración. Aunque Moles es entretenido y verdaderamente ha dado tips como ningún otro autor, no, hoy no me concentro. Leo un poco y mis ojos van a otra parte, al cielo, al infierno, al calor, a la idea de frío, al viento sobre The Green (Las islas de la Uni de Vermont), a la aplastante nieve, al sofocante calor, a la necesidad de brisa, a que yo sí soporto el calor, a refrescarme, a gozar, a querer desnudarme. (Por cierto, ya casi paso a quitarme mi camiseta y únicamente quedarme en chon...otra vez). Esta energía, no sé que hacer con ella, no sé contenerla o canalizarla.
Prendo la tv. ¿Nada? Nada que pueda captar realmente mi atención. Los X-Files solamente, con el negrito que me caía retebien y que matan para luego introducir a Marita Covarrubias.
La clase de alemán hoy es lenta o tal vez calurosa o tal vez mi cabeza se siente pesada y no carburo bien. No me malinterpreten, sí sé de lo que es mi clase, sólo que yo no tengo muchas ganas de estar allí hoy; quiero estar afuera; quiero ir a ver si había gomas y lápices para mi colección de gomas; quiero salir a leer. Termina mi clase.
Después vamos al único Wallmart de 'cercas' que hasta está en otro pueblo. Compro finalmente postales y un llavero para mi unillave.



Finalmente, cuando tengo tiempo de leer, hay hambre, y cuando termino el souflé, mi atención está en la tapa de mis sesos.
Todo por el proyecto: "Salvemos a la berenjena de ser tirada a la basura, estando aún tan buena" (Aunque esto parece un albur de los más finos).
Salgo al jardín y veo las rosas –y tal vez también petunias– sembradas, saco fotos, miro, pienso, siento, deseo.






Siento la brisa que entra por mi ventana. Me pongo contenta.

9.01.2010

Semidesnuda


La universidad a todo lo que da de calor, bueno, ayer hizo más. Yo en mi extraño conjunto blusa-short, todo junto y bien rojo. Hoy sí llego con la profesoressa, porque ayer no, ayer tomé el autobús por primera vez.
Voy a clase, ahora de deutsch, llego temprano y paso a ver a la Lehrerin; le explico mi situación. ¿Cómo que paso a ver a la Lehrerin? ¿Y mi temor legendario de los profesores de la facultad? ¿Acaso eso ha quedado ya atrás?
Paso a la oficina de la Lehrerin, ella muy contenta, amable y austriaca, me hace entrar y hasta sentarme. Realmente es muy amable. Me sorprendo (y hasta se sabe mi nombre) y me siento. En deutsch/englisch le digo que el libro de texto para mi fue como una patada en... bueno, no tanto. Le digo que, das Buch ist zu teuer für mich, $200 US?
Ella dice comprender y me saca la copia del primer capítulo. ¡Ella, con sus manecitas! Le estoy infinitamente agradecida y le prometo conseguir el libro (a lo barato, por supuesto).
Salgo y voy hacia el salón. Veo mis fotocopias mmm muy muy básicas para mí; sin embargo he quedado ya en entrar, por lo menos en esas clases (ya veremos cómo va evolucionando todo o qué provecho puedo sacar).


Salgo contenta de clase, hacia el sol, hacia lo verde "The green" y luego hacia la biblioteca. Mi plan es leer todo el tiempo hasta que la profesoressa salga de su junta; entre y salga de su junta, que es a las 4 pm.
Entro, adentro está fresco, busco mi cuadernito de Mahler, en donde está la catalogación de los libros y... ¿dónde está mi libro, el que leía ayer? y...bueno, el otro...¿dónde está ese otro?, bueno... el otro...¿dónde está el otro? ¿Qué? ¿La vieja maldición de "Eva va a la biblioteca a buscar los libros que necesita, oh, los libros no están, alguien demonios ya se los ha llevado, oh, qué haré" ha llegado hasta acá?



Sí. Ningún libro sobre kitsch está en los estantes, ninguno de los cinco disponibles. No. Busco y busco, una y otra vez. De nuevo, el ".K" que sigue de las letras y los numeritos y que indica la materia 'kitsch', no está.
¡Me llevaaaaaaa!
Ya de mala gana, tomo un libro que no quería leer aún, auf deutsch. Pobre Benjamin, Walter, él no merecía ser leído así.
El hambre y la desesperanza me acosan. Salgo y como mi bocadillo. Falta tiempo para la hora de partir, camino por el campus bajo el inclemente rayo del sol (y eso que hay una neblina arriba que no deja que toda su potencia llegue a la tierra); voy hacia los dormitorios de los estudiantes, en una lomita y luego regreso.



Chicos, chicas, estudiantes, todos felices, platicando o esperando el camión mágico. Sonrío finalmente.
Entro al edificio Waterman a esperar a mi profesoressa.
¿Alguien puede decirme por qué los bonitos bebederos siempre están afuera del baño de hombres?
Ah sí, esta entrada se llama "Semidesnuda" porque del calorcillo que hace, estoy en puros chones y porque desde la caminata de la tarde, no me he podido refrescar del todo.