Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

9.03.2010

¡Moles!


Tenemos un serio problema aquí de concentración. Aunque Moles es entretenido y verdaderamente ha dado tips como ningún otro autor, no, hoy no me concentro. Leo un poco y mis ojos van a otra parte, al cielo, al infierno, al calor, a la idea de frío, al viento sobre The Green (Las islas de la Uni de Vermont), a la aplastante nieve, al sofocante calor, a la necesidad de brisa, a que yo sí soporto el calor, a refrescarme, a gozar, a querer desnudarme. (Por cierto, ya casi paso a quitarme mi camiseta y únicamente quedarme en chon...otra vez). Esta energía, no sé que hacer con ella, no sé contenerla o canalizarla.
Prendo la tv. ¿Nada? Nada que pueda captar realmente mi atención. Los X-Files solamente, con el negrito que me caía retebien y que matan para luego introducir a Marita Covarrubias.
La clase de alemán hoy es lenta o tal vez calurosa o tal vez mi cabeza se siente pesada y no carburo bien. No me malinterpreten, sí sé de lo que es mi clase, sólo que yo no tengo muchas ganas de estar allí hoy; quiero estar afuera; quiero ir a ver si había gomas y lápices para mi colección de gomas; quiero salir a leer. Termina mi clase.
Después vamos al único Wallmart de 'cercas' que hasta está en otro pueblo. Compro finalmente postales y un llavero para mi unillave.



Finalmente, cuando tengo tiempo de leer, hay hambre, y cuando termino el souflé, mi atención está en la tapa de mis sesos.
Todo por el proyecto: "Salvemos a la berenjena de ser tirada a la basura, estando aún tan buena" (Aunque esto parece un albur de los más finos).
Salgo al jardín y veo las rosas –y tal vez también petunias– sembradas, saco fotos, miro, pienso, siento, deseo.






Siento la brisa que entra por mi ventana. Me pongo contenta.

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