Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

1.29.2011

Giro


Despierto.
Escucho que el grupo de Deborah llega, uno a uno. Aún no es mi hora de despertar, pero despierto. Espero a que su charla comience para poder ir al baño.
Salgo del cuarto, la gente habla de cosas que no entiendo. Supongo que mi cerebro no tiene ganas de procesar el inglés.
Hago mi avena. Desayuno y prendo a Robota.
Mi Gato ya está conectado; platico con ella; el grupo se va. Salgo.
¡Hay donas también! Como una de glaseado.
Sigo platicando con mi Gato y emprendo la labor existencial.
Empieza la transmisión en vivo desde el MET y escuchamos Tosca de Puccini. Termina la ópera. Mi Gato se va y sigo con la labor existencial hasta que me da hambre. Como del chilli que Deborah ofrece. Tengo mucha hambre.


Devoro y finalmente siento saciedad. Sigo con la labor existencial con música varia, desde Béla Bartók hasta las norteñas desempolvadas. Termino mi labor de hoy y a la ducha voy. Regreso y veo televisión por red, mientras le pongo crema a mis extremidades.
Estoy aburrida. Estoy aquí.

1.25.2011

Cambio


Despierto. Quiero dormir un poco más. Subo la temperatura de la cobija eléctrica, pero no logro volver a dormir. Me levanto. La casa está silenciosa; sin embargo sí hay gente.
Caliento mi avena y me siento al sol, mientras veo cómo parten. Deborah le dará ride a Florenz; una corre, la otra también y yo me siento en el sillón, al sol, con Turutututú funcionando.
Tomo el desayuno con calma.
Me visto y emprendo la labor existencial. Decidia. Me conecto. Veo un e-mail del mal. El gato me saluda y le informo; me asesora. Respondo el e-mail, sé que no debo hacer nada, mas que seguir con la labor existencial.
Llega la hora de preparar la comida. Pongo los cacahuates en el acero, mientras se asan, veo que ha llegado respuesta: nada agradable. Le hago saber a mi tía y espero su llamada, mientras tanto, sigo preparando el encacahuatado y platico con mi Gato.
El encacahuatado listo y mi tía llama.


Me da consejo, tips para lidiar con la locura de otros. Como y me tranquilizo.
Regreso a la labor existencial, más contenta, más liberada, sabiendo que después del miércoles parecerá que estoy de nuevo a la deriva; sin embargo lo he estado desde que llegué.


1.21.2011

Post Ofice


Despierto. Caliento mi avena. Me visto. Salgo. Deborah me pregunta para dónde voy, le digo a la Oficina de Correos. Camino. Afuera no está tan helado. Camino feliz la rara caminata de mañana. Cambio mi dirección postal y regreso a casa. Al dar el primer paso dentro de casa, Debora me dice que si le ayudo a palear, me deberá un ride hacia donde yo quiera. Paleo lo más que puedo.
Se acerca a mí un hombre, va chiflando. Me dice que si necesito ayuda, le digo que gracias, pero que estoy bien. Me pregunta por mi nombre; se lo digo y él me dice el suyo, el cual no recuerdo, o si acaso algo tengo en mente de dicho nombre, es que es como un /wa.../. Paleo más. Llega Deborah y terminamos de palear. Solamente fue la salida del carro. Hay bloques grandes de hielo que hay que remover con la mano.
Deborah se va. Me quedo sola en casa. Decido hacer galletas, esta vez de naranja, mientras escucho mi placer culposo.



Termino y entro al cuarto a hacer la labor existencial. Hago notas, escucho radio. Llega la hora de mi comida, aún tengo guisado que David me puso para llevar y como, mientras miro televisión.


Sigo con la labor existencial, tomo notas, platico con la gente, me entero de algunas cosas y reflexiono. Me aburro, miro un poco más de televisión.
Me ducho.
Llega Debora y también Florenz. Platicamos de los hombres barbados que hay y que nos gustan.
Entro al cuarto.
Platico con madre de las cosas que mandará.
Estoy aquí.

1.19.2011

Las calles


Despierto. Escucho de Deborah corretea por la cocina. Se va antes de lo habitual. Anoche he escuchado que iba a hacer chilli para treinta personas. Sale.
Voy al baño, desayuno, limpio un poco. Florenz sale de su cuarto y me saluda.
Me siento quince minutos a mirar televisión.
Hago por la labor intelectual. Me conecto y mi Gato me platica; también mi primo Arturo. Me sorprendo cuando pone su webcam y me enseña las manchas que le está dejando la varicela, ¡y me platica!
La hora llega y salgo a hacer el mandado para ver a David y hacerle rica cena mexicana o guiso que yo sepa hacer–que es lo mismo.
Camino por Church St.


Entro a los chocolates. Están algunos en descuento. Compro chocolate en polvo y unas barras, pues toda la semana solamente he pensado en chocolate; seguramente es el frío.



Voy al City Market para comprar los ingredientes de la cena. Tengo pensado hacer el guiso de mi madre, de plátanos machos y almendras, pero al entrar veo tomate verde y cambio de opinión. Hago mis compras y salgo con premura hacia la casa de David.
Llego, él ya está en casa. Comienzo a preparar todo y platicamos de nuestras vidas.
Cena agradable, charla y un Ipad. Juego con el Ipad, que es como jugar con Turutututú, sólo que en más grande.
Tiempo de regresar al hogar. Camino por las calles vacías; hace frío, pero es bastante soportable.



Me acuerdo de la luna.


Llego a casa; Deborah mira su teleserie. Me meto a la ducha, salgo, estoy aquí.

1.17.2011

Domingo 16


Despierto. La casa está silencia. Llegará una nueva compañera de piso, pero hasta las 7 pm. Salgo del cuarto. Hay un maratón de The Tudors. Veo un par de capítulos. Hay sol afuera y decido salir a caminar y a buscar una hamburguesa.


Camino con dirección al Palacio de la Fantasía. Todo está semidesierto y semicerrado. El Palacio de la Fantasía, también. Camino de regreso, hacia el centro. Algunas personas van por la calle, lucen contentas, lucen hambrientas o tal vez sea yo la de la idea del hambre.
Me dirijo por alguna calle hacia North St., donde leí que queda una tienda de abarrotes que vende buenas, grandes y grasosas hamburguesas. La encuentro.
Entro. Veo que varios más entran, varios, muchos. Pido mi hamburguesa y espero un rato, como muchos otros. Mientras espero me doy una vuelta por los anaqueles; venden desde papel de baño, hasta salsas BBQ. Mi hamburguesa está lista. Salgo.
Camino detrás de un muchacho barbado que también pidió hamburguesa; ambos caminamos por North St., pero me quedo atrás e incluso antes, cuando doy vuelta en mi calle, él sigue su camino.
Llego y está Mike sacando cosas; también está Deborah paleando la nieve. Entro y salgo nuevamente para preguntarle si necesita ayuda, pero me dice que está bien, que no paleará más, así que entro y me dispongo a comer mi hamburguesa.
La saco de la bolsa, la miro; es grasosa, pero podría estar más. Tiene media libra de carne, queso cheddar verdadero, lechuga, catsup, tocino.



La como con gusto y con un juguito Nantucket que me compré en la tienda.
Tras estar satisfecha, entro a mi cuarto a continuar con la labor existencial.
A las 7pm llega la nueva roommate, se llama Florenz o Florece, todo depende de cómo lo escriba ella. Mete sus cosas rápidamente, sin mucho ruido. Salgo, saludo y continúo con mi labor existencial hasta pasadas las 9pm., cuando llega mi Gato a saludarme y luego se va de nuevo.
Me ducho, me alisto y veo Cuéntame.
Después llega mi gato, platicamos un poco.
Duermo.

1.06.2011

Reyes


Me despierto. La cama me escupe, la cobija eléctrica se ha desconectado. Quisiera dormir más, pero no puedo. Me levanto. Desayuno mi avenita.
La masa de las roscas está crecida. La divido, amaso, preparo, formo y reposo.
Espero una hora para decorarlas y meterlas al horno. Escucho el radio. Me maravilla la tecnología, el internet en Turutututú y Turutututú en una grabadora y todo se oye cual si la transmisión radial llegara acá.
Meto las roscas al horno y con el huevo sobrante me hago un omelette de espinaca.
Las roscas están listas. Las saco y pongo un paño mojado sobre ellas, como me enseñó Gisela, para que se enfríen pronto y la costra no se haga dura dura y sigan suaves.



La labor existencial hago. Leo Kulka son cierta fluidez. Mi gato me habla y cuenta de las óperas que escucha. Mi hambre crece y me preparo un arroz con frijoles muy extraño. Como.


Sigo con mi labor existencial, mientras mi Gato me sigue hablando sobre la Zarina, hasta la hora de parar. Quedo satisfecha con mi trabajo.
Pruebo la rosca, lloro de emoción por su buen sabor.



Miro tv.
Me ducho.
Estoy aquí, a punto de arrullar a mi Gato.

1.04.2011

El Birthday


Hubo cine, hubo pastel, comida vietnamesa y unas cuantas cervezas.


Algunos recuerdos de un trago de Jägermeister, un par de irlandeses, otro par de muchachos contentos de Colorado. La compañía y cuidados de David. Un par de bares lindos. Medidas de cerveza sin medida, sin salud y a mi salud. Esta vez a la mía.
Recuerdos de hablar inglés, escuchar inglés, escuchar música.



Recuerdos de un espectáculo alternativo de bicicletas de velocidad.



Recuerdos de comida vietnamesa en un local que solía ser una bodega.



Recuerdos de un rico pastel de chocolate.



Recuerdos vagos y no tan vagos, porque lo que bien empieza bien acaba. Necesario es escribirlo justo hoy, a un día de todo aquello. (Aunque al final de la noche haya cantado un poco de Guadalajara—nuevamente—con mi amigo de toilette. Pero la pena bien valió.)

1.01.2011

New Year


En casa de Vicki, su marido y sus hijas, con Assadin, Lisa, tres africanos, invitados de Denis.
Entradas: Camarones y salsa mexicana.
Ensalada siciliana.
Sopa del Ramadán.
Salmón con más ensalada.
Quesos.
Canelones.
Vino tinto, blanco y agua.



Mucha plática en francés; mucha en inglés; casi nada en español-portugués.