Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

10.28.2010

Choice


Abro los ojos. Apago el despertador Turutututú (que ahora se niega a jugar en la red). Quiero dormir. Duermo. Escucho el auto de la profesoresa; es tarde, realmente tarde, procuro dormir. Hago el balance del día que viene y digo: No quiero salir.
Cierro mis ojos. Quiero hacer pipí, pero cierro mis ojos, de todos modos es tarde ya. Escucho a la professoressa, me dice que ya se va. Le digo que está bien. Cierro mis ojos. No puedo. La escucho partir. Voy al baño. Regreso a la cama. Duermo. Quiero dormir. Mando un mail a la professoressa para decirle que nos vemos en la casa. Duermo.
Despierto. Es tan tarde, no lo es tanto. Despierto. No me quiero levantar. Tengo algo de hambre. Voy por cereal. Regreso a la cama. Escucho el radio mexicano. No quiero hacer nada. En algún momento me he de levantar. No. La professoressa llega finalmente. Después no escucho nada.
Me levanto. Como que es hora de comer. Nada en la cocina. Decido hacer lentejas y leer en tanto esa novela que me traje quesque kitsch. Lentejas, lentejas, hervir lentejas, prepararlas, guisarlas, ponerles plátano macho que compré acá de a dos por $1US. Leo, leo, se guisan.


Las como. Me quedaron muy buenas.
Limpio. Bajo. Sigo leyendo. La cosquillita de la labor existencial hace que deje la novela y relea algunas notas, para reunir mejor mis ideas. Estoy en eso, cuando la professoressa me pasa su celular, que me llama Gisela. Me dice que están cerca de mi casa, que irán a un recital, que me enviaron mensajes a las 4, que si quiero, pasan por mí. Veo mis fachas, huelo feo, mis chinos parecen rastas. Tengo que decirle que para la otra. Me arrepiento un poco cuando cuelgo, pero prefiero seguir con esto de las notas.
Veo Tv. Sheldon, tomo mi ducha –que ahora será por las noches– y veo más tv: CSI con la professoressa. Subo a cenar, hace hambre. Me dice de su viaje a las Vegas y a California y después me dice que su madre le dijo que puedo ir también. Estoy pensativa.

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