Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

10.27.2010

1 2 3 ¡calavera!


Mis ojos abiertos, no se quieren cerrar más. Escucho el radio arriba. ¿La professoressa no se ha ido? Ayer me dijo que se iría temprano. Veo que no es precisa con la hora, que cuando dice que más temprano, sale más tarde y viceversa. Me levanto. Hoy haré un largo día.
Estoy casi lista. Preparo el lunch para la tarde mientras desayuno. Hablo con la professoressa sobre cualquier cosa. La hora del autobús llega, subo y le pregunto si sí irá a la universidad, porque no me ha dicho nada; dice que sí.Salimos a la Uni.
Me deja en una puerta lateral del Waterman.
Espero mi clase de alemán leyendo el Seven Days para seguir con mi búsqueda infructuosa de maestro de canto. Comienza la clase de alemán. Mi Lehrerin es muy amable siempre conmigo; sin embargo no quiero estar encerrada, quiero salir: veo que afuera está el sol.
Termina la clase y me quedo en una banca. Allí haré mi labor existencial. Tomo el sol necesarísimo, leo y hago notas.


¿Ven lo que yo veo?

Casi termino a Giesz... Termino a Giesz. Las cinco ya van a dar, me encamino a la biblioteca para pasar mis últimas notas y descansar en uno de esos sillones cómodos y bonitos. Paso notas con rapidez, porque veo que la hora de la cita con Gisela se acerca. Termino a tiempo. Voy al baño, tomo agua del bebedero y salgo. Afuera el sol se ha ocultado ya; estoy cansada; tengo sueño.
Gisela llega. La acompaño por sus cosas a su oficina. Vamos al Davis Center a platicar. La nueva hora marcada llega y vamos al Living & Learning para su charla del día de muertos.




Termina la charla. Cosas sobre el altar.



Entran los de la unión de los estudiantes latinos


y nos dan instrucciones para decorar calaveras de azúcar que ellos hicieron.


El episcopal están también allí, ahora escucho que es de ascendencia puertorriqueña.



Nos divertimos.



Termina la reunión, charlo con gente, quedo con alguna otra de hacer comida mexicana.


Ésta es la mía.

Camino hacia el centro con Gisela y con David, un integrante de otro grupo de Latin-american algo, que pasó tiempo en la India, cocina hindú, vive solo y lleva tres años viviendo en Burlingon. Platicamos, gesticulamos. Mis tres palabras en inglés parecen funcionar para lograr comunicarme. Afortunadamente, mi oído se ha acostumbrado más al inglés, aunque no tanto como para no pedir que me repitan algo si no he entendido.
Llegamos a la parada del autobús; David nos ofrece llevarnos a casa. Acepto, pero le aclaro que vivo lejos. Llegamos a su casa, va por las llaves de su auto y nos lleva.
Llego a casa a salvo. Muero de hambre. No me hace bien sólo comer sándwich, tengo que cocinar comida de verdad. Ceno. Limpio. Bajo. Mis vicios de la farándula. Estoy aquí.

1 comentario:

NeoKrox dijo...

Woorales yo vi una bruja en la primer imagen...

Que chiido que en USA se retome un poco las festividades del Día de Muertos con la decoración de Calaveras de Azúcar... por cierto la de ud es toda una damita asi rosa y boca con lipstick xD