Evitame Porfavor en el Viaje.

Donde lo predecible puede fallar y yo, espantada, escapar no puedo.

2.28.2011

tamaliiiis


26.02.2011

Me despierto. He quedado de ver a Gisela para ir a jugar a la nieve. Me visto, desayuno, salgo velozmente (lo más velozmente posible). Deborah me platica y también yo a ella.
Salgo. El viernes ha nevado. Todo resplandece y mis pupilas tardan tiempo en acostumbrarse. Llego a casa de David; él en bata, Gisela, vistiéndose.
Salimos a jugar con la nieve; salimos a jugar a la nieve. El parque está solo y la nieve, profunda. Gisela hace angelitos, yo también. Sacamos fotos del lago Champlain,


que está congelado casi en su totalidad.
El muñeco de nieve viene a nosotras (hacemos un muñeco de nieve). Palitos para sus extremidades, guantes y un celular.



Gisela se revuelca en la nieve como un puerquito; la miro. Ella lleva un traje impermeable, yo no.



Terminamos el juego y regresamos a casa de David.
Salimos los tres a comprar cosas para los tamales, pues Gisela, por todos sus problemas, jamás pudo atender a mis preguntas básicas de cantidades en sus compras anteriores.
Voy nerviosa por la tienda. Las fuerzas demóniacas.
Terminamos las compras. Le digo a David que me lleve por Robota a casa.
Salgo con un panecito de dulce que Deborah me regala.
En casa de David tomamos café con pan, pongo el pollo, nos sentamos a hacer nuestras respectivas cosas con las computadoras. Llega Gisela. Anuncia su hambre y hará chilaquiles.
Mientras ella hace la comida, yo continúo con los preparativos de los tamales.
Gisela enchila la casa, en eso llega Malou. Nos dice que los mexicanos tenemos nuestra arma de destrucción masiva: humo de chile. La casa descansa de chile después de una hora.
Cenamos chilaquiles, muy ricos (gracias epazote). Empezamos con la preparación de los tamales.



Mucha tensión, mucho cansancio, pero los tamales terminan de estar a la 1 am.
Los saco y regreso a casa; quiero descansar bien después de este día tan extraño, serio, estresante y cansado.
Veo Cuéntame con mi Gato; nos divertimos. Me dan las tantas, pero esta vez ha valido la pena.

27.02.2011

Despierto, realmente tarde y despierto. Prendo a Robota. Pregunto a Gisela si puedo pasar por ración tamalera. Dice que pasará una amiga suya con ella. Pienso que podré llegar, recoger tamales y salir antes de que la amiga llegue.
Entro a casa de David. Gisela está bañándose. Lavo las ollas tamaleras y espero a que salga. Mientras se viste, vemos por la ventana que una muchacha con cabellos cortos sueltos se acerca por el patio; le pregunto si es ella, Gisela dice que no sabe. Toca la puerta. Es la versión gringa de Aideé, pero con cabello medio chino rebelde y ojos azules.
Pasamos la tarde platicando y viendo una película de insectos. Comemos tamales.
Ella se va y me quedo un poco más con Gisela. Llega David. Salgo yo; me he cansado de salir de allí a las 10pm. Me acompaña Gisela hasta mi casa; ella no entra, pues tiene cosas que hacer.
La casa está realmente llena. Está en grupo de lectura de Deborah. Me ofrece sopa y la tomo. Llega Florence con su amigo Bob. Casa muy llena y entro a mi cuarto. Platico con mis amigos, veo los Oscares, terminan. Me ducho.
La noche termina ya.

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